lunes, 18 de marzo de 2019

Lo extraño que cayó del cielo (IV, fin)

Imagen tomada de https://www.syfy.com/syfywire/top-30-alien-invasion-movies-ranked



Al pasar algunas horas los trabajadores de la NASA regresaron al laboratorio secreto que estaba ubicado en lo más profundo del área 51. Al estar ahí recién abrieron la caja de metal y con guantes y máscaras protectoras sacaron lo que encontraron en la nave. Un parásito alienígena que se asemejaba a una anguila. Su pequeña cabeza tenía la forma de un dinosaurio con ojos similares a una pelota de pin pon, estos eran viscosos, su boca estaba llena de colmillos, medía aproximadamente un metro de longitud y pesaba diez kilogramos.                   
Los compañeros del Dr. Lewis, Nolan Baker y Xavier Hernández se sacaron las máscaras protectoras para observarlo más de cerca y de repente eso que cayó del cielo tomó vida. Era veloz, se introdujo en la boca de Baker hasta llegar a su estómago y comerse todo el intestino y salir por el pecho, matándolo al instante. Segundos más tarde la cosa seguía teniendo hambre y saltó hacia la boca de Hernández que no pudo reaccionar. Eso se comía el corazón y los pulmones para después salir desde su espalda.
El Dr. Lewis sin sacarse la máscara protectora trató de correr hasta el botón de emergencia, pero su cuerpo temblaba tanto que se le dificultaba moverse rápido; cayó al piso, sin dejar de arrastrarse. Cuando dio aviso a los militares estos llegaron y trataron de matar a la cosa extraterrestre. Fue difícil de hacerlo por lo que se sumergía y emergía de la tierra sin dejar de matar a algunos militares.
Al matar a este ser el teniente coronel Morgan recibió órdenes del gobierno que lo sucedido no saliera a la luz y fuera un secreto de estado, hasta lograr saber de dónde provino la nave y aquel ser alienígena.
- ¿Será el inicio a una guerra futura por la conquista de planetas o simplemente eso es la prueba que no somos los únicos en el universo? Reflexionaba el reconocido astrónomo y científico de la NASA el Dr. William Lewis, por ello, las autoridades, decidieron encerrarlo en un hospital psiquiátrico y evitar cualquier escándalo.

Jack Murphy nunca más habló del tema, su personalidad cambió, volviéndolo alguien triste. En 1969 caminando por una carretera desapercibido y sin rumbo cierto fue atropellado por un carro desconocido. En cambio, John Bell no dejaba de pensar en lo de aquella noche, a pesar de no saber qué era lo que esas personas de trajes lunares habían encontrado dentro de esa extraña nave, decidió que algún día averiguaría la verdad porque las dudas lo atormentaban. A la semana de los hechos el joven Bell se sumergió en el alcohol, muriendo de intoxicación al año.
El gobierno escribió un informe de más de mil páginas explicando los sucesos de esa noche y nadie más habló del tema. Sin embargo, la NASA, en secreto años más tarde construiría robots para enviarlos a distintos planetas sospechosos de albergar vida y descubrir al principal culpable de dicha masacre.

–Muy pronto nos invadirán y será el fin de la raza humana… –Dijo el Dr. Lewis, desde su claustro, antes de morir.

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