lunes, 11 de marzo de 2019

Lo extraño que cayó del cielo (I)

Imagen tomada de http://www.misteryinternet.com/2012/12/incidente-ovni-de-roswell.html



El 10 de diciembre de 1965 a las 16h44 pm antes de la puesta del sol en un pequeño pueblo cerca de Pensilvania se observó en el cielo una bola de fuego de color amarillo y azul parecida a la de un soplete que caía en la colina. Muchos pensaron que era un avión que se había estrellado.

Jack Murphy de cuarenta años era un periodista y dueño de la única estación de radio que daba sintonía a la población. Un hombre que siempre decía la verdad sin tener pelos en la lengua, eso caracterizaba su personalidad.
Esa tarde estaba con su hijo de catorce años en un partido de béisbol, al llegar a casa su mujer los esperaba con la cena, de repente el teléfono sonó, su esposa contestó y le pasó la llamada. Era su secretaria y le informaba que varias personas desde las 17h20 pm estaban llamando a la emisora pidiendo información sobre lo sucedido; Jack se sorprendió y decidió ir al lugar, no sin antes coger su cámara de fotos, su grabadora, libreta y pluma. No le tomó mucho tiempo en llegar. Al hacerlo muchos pobladores se aglomeraban de a poco tratando de ver lo que se estrelló contra las copas de los árboles. El periodista aprovechó que la policía local no llegaba aún, por lo que procedió adentrarse al bosque, prendiendo la linterna para divisar el valle y caminar hasta el barranco, encontrando un objeto no identificado que estaba parcialmente enterrado en el suelo; se parecía a la bellota que cae de los árboles.
Esa misteriosa nave medía dos metros y medio de ancho y tres metros de largo, era de color naranja brillante. Murphy procedió a tomar fotos, pero no estuvo mucho rato por miedo a que eso explote. Salió a la carretera principal donde había mucha gente, todos atraídos por el extraño suceso. Un camión lleno de militares apareció, bajaron de la parte de atrás y alejaron a todos los que estaban ahí.
–Señores tengan la bondad de irse a sus casas, esta zona queda restringida –dijo uno de ellos.
Por otra parte, Jack entrevistaba a Thomas Ward, un niño de nueve años, uno de los pocos testigos que presenció el espectáculo.
– ¿A qué se parecía lo que viste en el cielo? Le preguntó.
–Se parecía a una estrella en llamas, me asusté y le dije a papá que también lo vio, contestó Thomas.
–Es verdad lo que dice mi hijo. Eso parecía como dos grandes destellos y una larga línea de luz naranja, amarilla y por último azul que llegué a pensar que era un avión. –Habló el padre del niño.
Jack grababa y tomaba apunte de las declaraciones en su libreta, pero no estaba contento con la poca información, así que siguió entrevistando.
–Mucho gusto soy Jack Murphy y me gustaría saber lo que presenció hace una hora atrás.
–Hola soy Adam Cooper, mucho gusto. Le cuento que estaba sentado en el Porsche de la casa de mis padres cuando vi una bola de fuego con llamas alrededor que descendía a la colina y me di cuenta que una especie de humo o polvo salía de los árboles. Me dije que algo se había estrellado y decidí venir en mi Chevrolet para saber lo que pasaba. –Fueron las palabras del joven.

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