domingo, 9 de junio de 2019

La masacre de los Lerman (4)

Imagen tomada de https://lolnada.org/x/5.html



Después de haberlo castigado con severidad lo llevé a la tierra del sufrimiento, el Seol, Hades, el Abismo y el Lago de Fuego… llegando le mostraba aquel tenebroso lugar.
–Observa pecador como es la prisión de los desobedientes. Aquí son sentenciados todos los que no están escritos en el libro de la vida, aquellos que cometieron perversidades y nunca se arrepintieron, esos, ahora están pagando con sufrimiento, dolor, angustia, y desespero.
Bestias híbridas se acercaban al convicto para lanzarlo a la prisión de fuego y arda toda la eternidad. Estas criaturas tenían la cabeza de león y melena de pelo de serpiente, su cuerpo era humano, siendo corpulentos, pero poco diestros. Eran los guardianes del infierno.
Antes de regresar y llevar a Anna, su madre y sus hijos al cielo, debía de cambiar de apariencia, no quería que se asustara, ella debía ser elogiada por un ángel de luz que la llevara al paraíso donde merecía estar por ser de buen corazón, leal a Dios. Entonces decidí convertirme en arcángel: mi rostro era muy bello, mi cabello rizo y ondulado, cuyo color amarillo centelleaba con mucha luminosidad. Mi piel era celeste, mis enormes alas blancas como las nubes se alistaban para volar y cumplir con el designio del Creador; llevar la paz a las almas inocentes y perdidas en el reino inferior.
Al llegar me fijé en los rostros pálidos y ensangrentados de Anna, Zelinda, Kasilia, Armin y la niñera asustados y desapercibidos sin saber lo que realmente había sucedido.
–Soy un ángel enviado por Dios, soy su protector quien los llevará al seno de Abraham, donde reposarán toda la eternidad. Sus almas son dignas de respeto y admiración.
Enaltecí sus espíritus, tanto que una luz blanca resaltaba en ellos divinidad y hermosura borrando el rostro pálido y ensangrentado para que la tranquilidad y armonía gobierne siempre.
Regresé a la vida real con sed de venganza, con más odio y coraje, en busca de mi presa, y con la cual me iba a deleitar. ¡Por fin! Tenía la libertad de vengarme contra el autor de aquella terrible masacre que solo yo sabía su identidad. Los policías no encontraron pistas porque todo lo hizo a la perfección y con paciencia, un psicópata inteligente que se burlaba de la ley terrenal, esta jamás lo iba a capturar, pero de mis garras no se libraría.

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