Foto tomada de https://oracionparaeltrabajo.com/oracion-para-el-negocio/ |
En un domingo de bautizo llegó con su hija
a la iglesia, lucía un sombrero sencillo y pequeño sin ser extravagante,
cubriendo su cabello corto y engominado; podía ver como su espíritu disfrutaba
cuando ella venía y a Dios adoraba. Su voz suave y melodiosa, como nunca antes
había escuchado, la que me hipnotizaba cuando cantaba junto al coro. Pero aquel
día tenía un mal presentimiento, una inquietud que me aturdía.
Las horas pasaban y los días transcurrían,
todo era la misma rutina. Vivía cerca de la iglesia en un cuarto que el pastor
me había ofrecido en su casa junto a su esposa e hijos. Me simpatizaba esta
familia porque existía el verdadero amor entre ellos y sobre todo que la paz
reinaba todo el tiempo. Un buen pastor que se preocupaba por sus ovejas cuyo
espíritu se llenaba de bondad. Dios lo amaba tanto que hacía sentir su
presencia cuando él predicaba
la
santa palabra.
La noche del viernes 31 de marzo de 1922
algo muy extraño e inquietante ocurrió cuando Anna no asistió a la iglesia para
ensayar junto a sus compañeras del coro. Me puse intranquilo, me sentía
desesperado por no convertirme en la muerte y salvarla; aquella dama no merecía
sufrir. Tiene que ser feliz por ser fiel servidora del gran Yo soy. No toleraba
esta ansiedad sin saber qué pasaba, pero lamentablemente debía obedecer
órdenes. Pasaron cuatro días que Anna y su hija Kasilia no asistían a la
iglesia y eso era extraño porque nunca fallaban ni a los ensayos y peor a las
prédicas del pastor. Algo andaba mal, eso lo sabía, porque a pesar de estar
convertido en humano no dejaba de ser Azrael, el verdugo de Dios y ángel de la
muerte.
De repente escuché una voz desesperada que
gritaba: – ¡Los Lerman han muerto! ¡Los Lerman han muerto! –Al escuchar esas
desagradables palabras, me quemaban por dentro, no sabía si llorar o gritar,
correr o saltar. Eran los síntomas que todo ser humano siente cuando está en
estado de ira, tristeza y depresión. Pero lo que hice fue salir para ver qué
pasaba.
Adler Bieber era vecino de los Lerman y sus
gritos alarmaron al pueblo, los moradores del sector se acercaron hasta él para
saber lo que realmente sucedió:
–Hace
una semana atrás no había visto para nada a ningún miembro de esta familia y es
por eso que decidí ir a su granja para preguntarles si estaban bien o
necesitaban algo, a pesar de que Andreas era idiota y de carácter muy enojado.
Pero al entrar por el granero descubrí algo que mis nervios aún siguen
alterados. Es mejor que vean con sus propios ojos este terrible asesinato.
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