jueves, 13 de junio de 2019

La masacre de los Lerman (6)

Foto tomada de http://icaturismo.blogspot.com/2009/11/ventajas-y-desventajas-de-colerico.html



Una larga noche de tormento se acercaba para esta familia cuando el intruso se apoderaba de un pico, atrayendo a Andreas con extraños ruidos hacia granero, cuando lo tuvo cerca lo hirió de gravedad en la cabeza, lo que le ocasionaría la muerte. El susto invadió a Zelinda, y cayendo en el engaño corrió hacia el lugar que minutos atrás su esposo había ido, al llegar y sin tener tiempo de nada el perpetrador la mató al instante.  Anna y su hija estaban atemorizadas, presentían que algo estaba pasando, así decidieron no separarse y entrar juntas al granero. Al hacerlo todo estaba oscuro y en silencio, pero en un pequeño descuido Kasilia desapareció.
El intruso poseía una gran habilidad con el pico, así repitió su forma de ataque, aniquilando a la indefensa niña. Una herida en el cráneo le apagó las luces que alumbraban su alma.
Anna no sabía qué hacer, solo clamaba al Padre Celestial para que la protegiera y no la desamparara. De repente el asesino la agarró del cuello empezándola a estrangular y susurrándole al oído le dijo:
–Mi querida Anna; si no eres mía, tampoco serás de tu padre; por eso lo maté. Verte sufrir me apasiona más, sé que eres la culpable de que Andreas te poseyera, mujer mundana e impía.
Después de que Lorenz Bauer dejara de ahorcarla agarró el pico y le perforó el cráneo, quitándole la vida en ese momento. El asesino agarró los cuerpos y los puso uno encima del otro para cubrirlos de heno. Al terminar este macabro hecho caminó con tranquilidad hacia la habitación de Armin. Sediento de más sangre abrió la puerta del cuarto y sin hacer ruido entró con cautela; caminando lentamente se dirigió primero a la cama de la niñera que sin pensarlo dos veces la mató de un picotazo en la frente. Sólo quedaba la vida de un niño indefenso que dormía en su cuna soñando con los ángeles del Señor y de repente los demonios aparecieron para presenciar su escalofriante muerte. Lorenz Bauer soltó el pico y agarró una almohada, la puso sobre el rostro de Armin y lo asfixió.

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