Ilustración de Émile-Antoine Bayard. |
Que bien me siento
cuando muestro
mi verdadera
apariencia,
así soy, así me
hizo el Creador.
A pesar de no ser
luz
mi lealtad siempre
perdurará.
Sin máscaras las
penumbras
me aman y adoran,
me proclaman la
propia justicia.
Mi risa era
macabra,
sarcástica y
sádica.
Se escondía detrás
del manto
oscuro y tenebroso,
donde ocultaba mi
identidad.
Contemplaba el
paisaje
sin quitarle la
mirada
a las mariposas
brillantes,
que volaban por
todas partes.
En la vida
aquellos bebés
murieron al nacer,
no por causa
natural
si no por
sacrifico
a un dios pagano:
Moloc Baal.
Recuerdo mucho
a este falso dios
desde sus inicios:
Un querubín leal a
Lucifer,
atormentado por
ser un demonio.
Satanás lo
convirtió en principado.
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