Imagen tomada de http://www.mujer.guru/2016/09/30/valora-el-amor-cuando-lo-tengas-no-cuando-lo-hayas-perdido/339174_183469848406396_178491402237574_407004_269947009_o1-976x816/ |
Juan
no terminó la primaria y al conocerte a tus dieciséis años te escapaste con él
porque te enamoró. Tuvieron dos hermosos hijos. No dejó su adicción, y todo
empeoró cuando empezó a imaginarte con otros hombres.
Tu
madre te aconsejaba que te apartes de él, pero no le hiciste caso. Siempre lo
perdonabas por tus hijos, amaban a su padre. Cada vez era lo mismo y una noche
llegó tan drogado a la casa que empezó a acusarte de que te habías acostado con
alguien teniéndolo escondido en el ropero. Pedías a Dios todos los días que te
cuide y a los tuyos. Sin embargo, ese día, antes de ir a dejar a tus hijos
donde tu mamá le habías dicho a tu marido que al salirte el trabajo te irías
con ellos a vivir aparte.
–Si te das cuenta maldita lo que vas
a hacer… Te vas con mis hijos para que vean lo que haces con tu amante, zorra. Fueron
sus palabras hirientes. –Tú me dejas y
verás lo que te pasa. Después de esto se fue furioso a drogarse.
Ya
no lo amabas, le tenías miedo. Jamás imaginaste que después de haber dejado a
los niños con tu mamá. Tu esposo te seguiría porque tenía la sospecha que
existía otro y por eso lo dejabas. Te
sorprendió por la espalda, sacó de su
pantaloneta un cuchillo y te degolló. Tus nervios actuaron de inmediato y
subiste al bus que paraba en ese momento, para evitar que te mate. La gente
gritaba y corría al ver como la sangre salía de tu cuello, la debilidad dominó
tus últimas fuerzas y caíste al piso del colectivo; al ver que aún no morías te
apuñaló en el estómago dos veces, y luego también se cortó el cuello, desangrándose
y cayendo sobre tus piernas.
Moriste
al instante, pero el maldito sigue con vida en el hospital de El Carmen.
–Qué pasará con mis hijos, nunca
descansaré en paz por aquello, no se pueden quedar con ese tipo, les puede
hacer algo. ¡Sálvalos!
Tranquilízate,
por eso he venido porque soy el defensor de los justos. Por ellos no te
preocupes, se criarán con tu mamá, no volverán a ver a su padre porque este
morirá.
Verónica
quedó tranquila cuando le dije que sus hijos vivirían con su madre y jamás iban
a ver a su progenitor porque debía pagar su castigo. Después de cumplir con mi
misión de ser el Ángel de la transición me convertí en la muerte…Mi fiesta
empezaba. Tomé la apariencia de la mujer asesinada con el cuello cortado y dos
puñaladas en el estómago; estaba toda ensangrentada esperando que Juan despertase.
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