sábado, 19 de mayo de 2018

La creación perfecta (XII)

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Cada capítulo es diferente,
son como los días de la semana,
pues cada día haces algo distinto
y cada capítulo es otro mundo,
otro horizonte creado por el poeta.

Te voy a contar un secreto,
un secreto silencioso y misterioso,
silencioso como el tigre
y misterioso como un hada perdida en el bosque.

Un secreto que escribiré
y luego publicaré.

No olvido el día cuando hicimos el amor,
nuestros cuerpos estaban apasionados
y nuestra sangre hervía como volcán.

Ese día te dije “pronto escribiré un libro,
un libro donde mi obsesión
alimentará mi inspiración”.

Una inspiración que transforma un romanticismo
y cuyo nombre le he puesto con mi imaginación,
porque mi mente se ha transformado en un proyector,
el proyector que muestra algo que solo lees.

Lees con pasión y miedo,
lees pensando en mí otra vez.

El misterio de las letras
es un arte de magia
cuyo hechizo te afecta demasiado.

En este momento estás ilusionada,
en este momento solo contemplas tu felicidad
la cual no soy yo y tampoco mi poema,
pero hay algo cierto y lo vas a descubrir.

Es real como el mar
y verídico como el fuego,
es tan ardiente como mis versos.

En ti reinará el miedo
de que la luz sea el principio de nuestra verdad.

Existe una inquietud en los dos
y me río de escribir esto,
solo recuerda que el lector
no tiene un sentido perfecto.

No olvides que estoy en un desierto,
caminando sediento y agotado,
queriendo beber de nuevo tu sangre.

Tu sangre envenenada y prohibida,
etiquetada y dueña de tu sueño.

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