Foto tomada de https://www.apa.org/centrodeapoyo/enojo.aspx |
Encerrado en mi propia cárcel
desaparezco de la realidad,
confundido y temeroso
corro hacia dirección desconocida
donde lo único que encuentro
es a la maldita y tenebrosa soledad
atormentando mi cabeza.
Me habla, la escucho...
me dice: hola ¿Cómo estás?
le digo: bien... pero no estoy loco
no entiendo por qué escucho tu voz,
bueno, sé que existo en una sociedad
que se ha dejado llevar por el conformismo y la costumbre
por lo rutinario y lo malvado.
Y eso aturde.
La vida es un tesoro siendo tú
el responsable de cuidarlo o destruirlo.
La pobreza aumenta
por nuestra falta de educación.
La gente se esmera por trabajar
para no morir de hambre.
El poder transforma personalidades
convierte al humano en altivo.
El tiempo ya está impaciente
y no respeta límites
porque se cansó de la perversidad.
Pero la voz me volvió a hablar
tranquilo, solo respira y relájate,
recuerda que la envidia es maligna
envenena el alma y distorsiona
los pensamientos del hombre.
Mi cabeza da vueltas como un carrusel
y mi odio por la injusticia
simplemente lo escondo
en el corazón del infierno.
Muchos se mofan, otros critican
pero aquellos no se han hecho
una radiografía para determinar
en qué estado se encuentra el alma.
La política es la pantomima más grande
que existe en este mundo
rodeado de hipocresía y malicia
lascivia e idolatría.
¡Dios está cansado!
Gritaba la voz por varias ocasiones.
¡Déjame en paz! No puedo hacer nada
para cambiar el pensar humano.
Pues, deben saber que algún día
serán juzgados y condenados